El uso y la buena práctica en nuestra Comunicación

21 de marzo de 2013


Hoy en día casi todos tenemos nuestra imagen 2.0,  existimos con  sólo hacer un clic en un buscador,  pero a la hora de interactuar con otras personas en reuniones, entrevistas, nuevos amigos, eventos… la imagen 2.0 se diluye y sólo cuentan  tus propias armas de comunicación para  influir  en los demás.
Hasta no hace mucho,  para la gran mayoría el sentimiento de “pertenencia a”  nos hacia sentir más seguros a la hora de socializar, pero afortunadamente cada día más, pensamos en nuestra imagen y marca personal,  ya no sólo como embajadores de las empresas para las que colaboramos, trabajamos sino como propios promotores de nuestra identidad. Ante este “nuevo” panorama llegar a ser relevante, diferente, visible, en un entorno tan competitivo, requiere un proceso interno y externo que exige mucha atención,  tiempo… y es que somos los protagonistas dentro y fuera.
El poder de una tarjeta de presentación, no lo sabemos hasta que la hemos “perdido”. Vivimos en una cultura donde el sentimiento a “pertenecer a” está arraigado al  plano corporativo  y más allá de eso no se tiene valor,(error en el pensamiento), en cambio en otros países, está muy diferenciada la cultura de la imagen y marca personal, es más, salvo que la representación sea sólo corporativa, lo que prevalece ante todo lo demás, es la promoción personal, saben distinguir muy bien cuál es el objetivo cuando interactúan y además están preparados en lo que se refiere a la imagen personal.  
Por esa razón y ante esta evolución hacia “mi imagen/marca” no tener un elemento de presentación que deje huella cuando no estamos presentes, que recuerde el encuentro… como una tarjeta de presentación que no sea corporativa, es no posicionar tu marca y a ti mismo, donde el uso para entrevistas de trabajo, eventos sociales,  profesionales puede ser un factor para perder oportunidades las busques o no y, aunque sólo sea un “trozo de cartulina” no olvides que incrementa la imagen, y no digamos si además refleja lo que eres.
Enrique Alcat  en su libro Influye escribe “Las personas nos fijamos en muchos detalles mucho más allá de los mensajes que nos trasmiten”, cuanta razón.


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